En agosto de 2014, investigadores de la Universidad Estatal de Michigan estudiaron sobre la creación de ventanas solares a través de la creación de un concentrador solar totalmente transparente, lo que puede convertir cualquier cristal o lámina de vidrio, como la pantalla de un smartphone, en una célula solar fotovoltaica.
Esta célula solar es realmente transparente. Según Richard Lunt, quien dirigió la investigación, asegura que los paneles solares transparentes se pueden implementar de manera eficiente en una amplia gama de entornos, desde “edificios altos, con muchas ventanas o cualquier tipo de dispositivo móvil que exija otros niveles de estética, como un teléfono móvil”.
La célula cosecha selectivamente la parte del espectro solar que no podemos ver con nuestros ojos, mientras deja que la luz visible pase a través de sus componentes. Científicamente, un panel solar transparente funciona mediante la absorción de fotones de las células solares y su conversión en electrones (electricidad).
Los investigadores de la Universidad Estatal de Michigan utilizan una técnica ligeramente diferente para la recopilación de la luz solar. En lugar de tratar de crear una célula fotovoltaica transparente (algo casi imposible), utilizan un concentrador solar luminiscente transparente denominado TLSC.
El TLSC emplea sales orgánicas que absorben determinadas longitudes de onda no visibles de luz ultravioleta e infrarroja. Esta luz infrarroja es guiada hasta un borde de plástico, donde tiras delgadas de célula solar fotovoltaica convencional la convierten en electricidad.
El producto resultante podría revolucionar el mercado de la energía fotovoltaica tal como lo conocemos: un revestimiento transparente capaz de generar 50 veces más de energía que los paneles solares tradicionales y reducir drásticamente el coste energético, las emisiones de carbono y la sobrecarga de la red eléctrica.
Lo que diferencia a esta tecnología de los paneles solares convencionales es, en primer lugar, que se trata de un recubrimiento transparente ultradelgado y liviano, aplicable directamente a las ventanas de los edificios. Está compuesto por una rejilla de canales microscópicos (aproximadamente la mitad del grosor de un cabello humano) incrustados en una fina capa de un revestimiento generador de electricidad. La electricidad se mueve entonces desde el revestimiento hacia los microcanales que, a su vez, están conectados al sistema eléctrico del edificio.
Otra de las características más significativas es que el panel puede generar energía a partir de la luz artificial, lo que sumado a la practicidad de su instalación, posibilitará la producción de energía desde dentro del propio edificio. Pero no solo eso, los paneles solares tradicionales en el hemisferio norte se orientan generalmente hacia el sur, esta nueva tecnología permitirá revestir un edificio por los cuatros costados con el fin de aprovechar la energía de todas las fuentes posibles, incluso de una luz reflejada o de una luz indirecta.
Estos revestimientos pueden convertir un rascacielos en un generador gigante de energía, ya que instalados en un edificio de 50 pisos, generarían un caudal eléctrico equivalente al empleado por 130 viviendas unifamiliares durante un año, es decir, 50 veces más de energía que los paneles solares tradicionales.
El diseño dúctil de los revestimientos y las grandes ventajas económicas y ecológicas, hacen posible y atractiva su aplicación, abriendo así un inmenso campo de demanda. Actualmente, el producto está todavía en fase de desarrollo y se estima que estará disponible para su comercialización antes de que finalice 2017.
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Maria dice
Hola! En Argentina hay algún lugar donde se puedan conseguir paneles para poner en la pared y los vidrios fotovoltaicos? Muchas gracias