El “derecho a la ciudad” es, según David Harvey, el derecho de toda persona a crear ciudades que respondan a las necesidades humanas. Todas las personas deberían tener los mismos derechos para construir los diferentes tipos de ciudades que necesitan. Como explica la Carta Mundial del Derecho a la Ciudad, éste es un nuevo derecho colectivo de los habitantes de las ciudades, en especial de los grupos vulnerables y desfavorecidos, que les confiere legitimidad de acción y de organización, basado en sus usos y costumbres, con el objetivo de alcanzar el pleno ejercicio de la libre autodeterminación, y un nivel de vida adecuado.
Se trata de una reivindicación para que la gente vuelva a ser dueña de la ciudad y es un escenario de encuentro para la construcción de la vida colectiva. Es de primordial importancia comenzar a darles espacio y participación a quienes se les ha quitado el derecho a tener un espacio digno para desarrollarse. Para conquistar el derecho a la ciudad, es necesario primero difundir lo que es, activar los procesos de movilización social e incidir en la formulación de políticas públicas.
Con el objetivo de alcanzar este derecho, Puente decide intervenir en la creación de una nueva ciudad que nos incluya a todos/as/es, mediante el trabajo en equipo, la interdisciplinariedad, las jornadas participativas de diseño, las mesas de gestión y reuniones de debate.
La mesa de gestión es un dispositivo concreto de construcción de un espacio colectivo formado por múltiples y diversos actores, es un lugar para la transformación de la vida cotidiana, a partir del fortalecimiento comunitario con base en el territorio. Martín Vizgarra, técnico del Ministerio de Desarrollo Social, sostiene que “la forma de trabajar es un desafío, teniendo en cuenta que las comunidades son fragmentadas; un equívoco nos puede costar el trabajo en esa comunidad, considerando que la posibilidad de legitimación de los espacios dependerá de eso. Por ello, de lo que se trata es de escuchar a todos los sectores y todas las voces sociales involucradas, junto con sus demandas, considerando que todos tienen algo que decir: los pibes, la señora, el que trabaja en la capilla, etc.”
Por esta razón la primera actividad dentro del Barrio Autopista fue la participación en la mesa de gestión, realizada en el merendero de las hermanas González, donde gracias a los vecinos el equipo de Puente conoció cómo estaba constituido el barrio, sus límites y su funcionamiento interno. Para ellos presentaron el equipo y dieron a conocer sus intenciones de trabajar con la comunidad en la recualificación de algún espacio público vacante que sirviera a la comunidad para el esparcimiento y la congregación en momentos que lo requieran.
La segunda actividad fue el mapeo comunitario, donde se plasmaron en un plano los servicios, recreación, circulaciones, espacios seguros/inseguros, entre otros, empapándose de su realidad mientras los residentes se involucraban a fondo. Reconociendo en conjunto problemas y soluciones, surgen ideas y propuestas de su parte, donde el trabajo de Puente es brindarse como herramienta para acompañar las iniciativas, ya que toda actividad ejecutada por la propia comunidad tiene un valor exponencial en la apropiación del espacio público y en la identidad barrial.
La tercera actividad tiene lugar en el extremo sur del barrio, en el acceso por Avenida Democracia. En este sector funciona la cocina comunitaria que asiste en la problemática alimentaria, allí se producen los alimentos y las familias pasan a buscar sus viandas para almorzar en sus casas. Se encuentra organizada por mujeres del barrio y de ella se desprenden distintos proyectos; uno de ellos es la plaza “Rincón de los Sueños”.
Este nuevo proyecto fue iniciado por la arquitecta Juliana Nieva en 2018. El grupo decidió retomar el diseño y comenzar el proceso trabajando con los vecinos sobre los límites del espacio físico, ya que no contaba con cordón cuneta por lo que la primera acción fue elevar el terreno, aportando características cualitativas, dando la posibilidad de que crezca una mejor vegetación y mejorando el sustrato final sobre el que irían los juegos de los niños.
La plaza comenzó a ser protagonista del deseo de todos los miembros de la mesa de gestión. Planificaron, debatieron prioridades, surgió la idea de hacer un bingo organizado por las mujeres del barrio; y después de mucha logística se lograron llevar tres camiones de tierra, con muchas herramientas, ganas y energía para comenzar a gestar el “Rincón de los Sueños”.
Con la intención de dotar de juegos ese espacio, Puente contactó a la herrera Isabel Siñeriz para brindar un taller de herrería dedicado a las mujeres de la cocina, y para construirlos entre todos. Fueron varias jornadas de aprendizaje, construcción y armado. Las siguientes tareas consistieron en la colocación de los juegos en el terreno, sumado a la plantación de árboles para terminar de embellecer el espacio.
Debido a la pandemia, el proyecto se vio detenido durante este 2020, hasta el 17 de octubre, cuando finalmente pudieron volver al barrio. El equipo se reunió con todos los vecinos para decidir cómo se seguiría adelante. El principal objetivo es concluir con la plaza “Rincón de los Sueños”, por lo que continuarán construyendo juegos y merenderos. Para esta nueva etapa se reúnen donaciones de pallets, postes, troncos, hierros y herramientas que sirvan para concretar el trabajo.
Si hay interesados en brindar alguna colaboración económica o material, deberán comunicarse lo antes posible con Puente Arquitectura Comunitaria.
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