La casona, que data de fines del siglo XIX, estaba a punto de ser demolida para avanzar con un proyecto inmobiliario. Sin embargo, por decisión del intendente Germán Alfaro, quien escuchó los planteos de vecinos y profesionales que se oponían a esa iniciativa privada, el municipio avanzó con la expropiación de la casa Sucar para preservarla y convertirla en un centro cultural.
En un emotivo acto, encabezado por el intendente, quien estuvo acompañado por funcionarios municipales, concejales, gestores culturales, representantes del ámbito académico y vecinos, se abrió el candado que mantenía cerrados los portones principales de la histórica edificación.
“Es un día de alegría. La casa Sucar ha comenzado a formar parte del patrimonio de la Municipalidad. Este era un reclamo de siete u ocho años de los vecinos de San Miguel de Tucumán”, dijo el intendente, quien consideró que “este hecho es importante, porque también significa recuperar el diálogo entre el poder y la gente”. En ese sentido, expresó que “la base del gobierno democrático está en escuchar a sus representados… No puede ser que hayan pasado ocho años de este reclamo de los vecinos referido a la casa Sucar y que nadie los haya escuchado.”
El proceso de expropiación del inmueble, que fue aprobado por unanimidad en el Concejo Deliberante, insumirá una inversión de $ 33,5 millones. Ya se cumplieron todos los trámites administrativos, se efectuó la tasación correspondiente, las partes acordaron el precio, se concretó el pago y el ex propietario del inmueble hizo la entrega de la llave a la Municipalidad. “Los fondos van a salir del municipio. Pero todavía está la posibilidad de que el Concejo Deliberante sancione la ordenanza que le habíamos pedido para poder vender el inmueble de calle Buenos Aires primera cuadra y poder solventar la adquisición con esos fondos”, aclaró el intendente, y ratificó que “la Municipalidad tiene sus fondos para cualquier tipo de eventualidades, y esta casa verdaderamente se lo merecía”.
El objetivo es que la Casa Sucar sea inaugurada como nuevo espacio cultural en los próximos meses. Esto dependerá de la rapidez en la que se completen los trámites sobre el traslado de dominio de la propiedad y el plan de obras de refacción que será necesario realizar. Para ello se firmará un convenio de cooperación con la facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Tucumán para realizar la restauración de la histórica casona.
4Mercedes Aguirre, directora de Patrimonio Cultural de la provincia, valoró el proceso de diálogo que entabló el municipio con las instituciones del medio. “Acercar a las instituciones y a todos los actores involucrados es un gesto que habla muy bien del intendente Alfaro y los resultados son altamente positivos”, destacó.
Por último, el escritor Carlos Duguech, en cuyas manos estuvo la responsabilidad de abrir el candado de los portones de la casa, calificó la gestión como “auspiciosa y una reivindicación del derecho a la cultura”. “El pueblo de San Miguel de Tucumán se ha hecho presente para rescatar valores que se habían pedido”, concluyó.
Gentileza: La Gaceta
UN POCO DE HISTORIA
El inmueble, que data de 1923, es una pieza de indiscutible valor arquitectónico; un singular exponente de calidad, tanto tipológica (villa suburbana sobre bulevar), como estilística (modernismo hibridado con otras corrientes propias de principios del siglo XX). “Desde el punto de vista urbano integra, junto con las propiedades vecinas, un conjunto de excepcionales características morfológicas de una cuadra de irrepetible significado paisajístico-ambiental”, según el Colegio de Arquitectos de Tucumán.
Había sido construida por la familia Barbieri y se la conoce en la actualidad por el nombre de la última familia que la habitó, los Sucar. El arquitecto Luis Lucena y los artesanos italianos Perinotti y Colotti fueron sus constructores. En 1939 fue adquirida por Musa Salim Melhem, de quien la heredó su hija Hortencia Melhem de Sucar. En 2003, ya propiedad de Vicente Lucci, fue restaurada y destinada a la fundación que lleva su nombre
(“A y C” – Arquitectura y Construcción, realizó una cobertura especial para la revista publicada en agosto de 2003). Los herederos del empresario habían planeado demolerla y comercializar el espacio.
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