
Es extraña la vida y la formación profesional de Tadao Andō y muy llamativos sus logros en el competitivo mundo de la arquitectura actual.
Nacido en Osaka (Japón) hace 81 años, adquirió conocimientos de arquitectura de forma autodidacta.
Tiene un hermano gemelo, pero fueron criados por separado.

Fue boxeador amateur en su juventud, hasta que decidió dedicarse de pleno a la arquitectura. A diferencia de la mayoría de los arquitectos de hoy (aunque no de Le Corbusier), Andō no recibió formación en escuelas de arquitectura. En lugar de ello, su aprendizaje fue autodidáctico y proviene de la lectura y de viajes por África, Europa y Estados Unidos, así como de un minucioso estudio de la arquitectura tradicional japonesa en Kioto y Nara. “Cuando vi la luz proveniente del óculo del Panteón en Roma, supe que quería ser arquitecto” confesó alguna vez.

En 1970 se estableció en Osaka con “Tadao Andō Architect & Associates”, empresa con la que comenzó su producción, primero de casas y pequeñas construcciones, y luego con edificaciones más importantes. Ganó premios en esa ciudad y empezó a ser tenido en cuenta por la opinión pública. Se consolidó con la construcción de su diseño para el complejo de viviendas Rokko Housing I, en Kobe. En 1980 construyó la Casa Koshino en la ciudad de Asiya. Entre sus obras más importantes se encuentran la Capilla sobre el Agua (1985) en Tomanu, Hokkaido, la Iglesia de la Luz, en Ibaraki, Osaka, y el Museo de los Niños (1990) en Himeji.

Wikipedia hace una excelente síntesis de su visión de la arquitectura. “Es considerado como uno de los líderes del regionalismo crítico, rechaza el empleo indiscriminado de la arquitectura moderna en todas las culturas del mundo. Su obra combina formas y materiales del movimiento moderno con principios estéticos y espaciales tradicionales japoneses, sobre todo en el modo de integrar los edificios en su entorno natural. Una de sus características es el empleo de hormigón liso, con las marcas del encofrado visibles, para crear planos murales tectónicos, que sirven como superficies para captar la luz.”

Verdadero enemigo del consumismo de la sociedad actual, usa materiales característicos de esta época pero empleándolos de forma aparentemente sencilla, proporcionando sensaciones positivas en la obra concluida, y apelando a recursos naturales como la luz o el agua. “Para ello se basa generalmente en tramas geométricas que sirven de pauta para el ordenamiento de sus espacios.”

Paralelamente estudia fórmulas para solucionar el caos urbanístico de muchas poblaciones japonesas. Contrariamente al estilo arquitectónico tradicional japonés, Andō reconoce: “Creo espacios interiores cerrados, y no abiertos. Utilizo paredes para definir los límites de estos espacios, y lo hago basándome en criterios humanos, de forma que las personas perciban esos espacios como apropiados y cómodos. Con las paredes rompo también la monotonía habitual de, por ejemplo, los edificios comerciales. Finalmente, las paredes separan el exterior, frecuentemente ruidoso y caótico, del interior, que está diseñado como remanso de tranquilidad, aislado de lo demás.”

El pensamiento de Tadao Andō se basa en la construcción con formas geométricas simples las cuales con el uso de la luz y los materiales pueden crear espacios trascendentes, como él lo expresa: “Pienso que la arquitectura se torna interesante cuando se muestra este doble carácter: la máxima simplicidad posible y, a la vez, toda la complejidad de que pueda dotársela.”

Confiesa sentirse en deuda con Le Corbusier y con Mies van der Rohe, tomando lo que ellos hicieron aunque interpretándolo a su manera.
Puede asegurarse como síntesis a su extensa y variada obra que su arquitectura no distrae a la hora de la meditación sino que contribuye al trabajo introspectivo.

Estas son algunas de sus obras más representativas:
Casa Azuma (Osaka, Japón)
Fundación Pulitzer (San Luis, Misuri)
Viviendas Rokko (Hyogo, Japón)
Capilla en el Monte Rokko (Kobe, Japón)
Jardín de las Bellas Artes (Kioto, Japón)
Museo Suntory (Osaka, Japón)
Museo de Arte Moderno (Fort Worth, Texas)
Museo de Arte Contemporáneo Naoshima (Kagawa, Japón)
Pabellón del Japón, Exposición 1992 (Sevilla, España)
Espacio de Meditación para la UNESCO (París, Francia)
Centro de Congresos (Nara, Japón)
Edificio de Conferencias de Vitra (Weil am Rhein, Alemania)
Casa Koshino (Ashiya, Japón)
Centro de Investigación de Benetton (Treviso, Italia)
Edificio de Oficinas de Raika (Osaka, Japón)
Iglesia de la Luz (Ibaraki, Japón)
Iglesia sobre el agua (Hokkaido, Japón)
Edificio Times I y II (Kioto, Japón)
Edificio Bigi Atelier (Tokio)
Templo del Agua (Tsuna, Japón)
Museo de la Madera (Hyōgo, Japón)
Museo Suntory (Osaka, Japón)
Omotesando Hills Centro comercial en Omotesando (Tokio, Japón)
Design, un espacio para el diseño (Tokio, Japón)
Centro Roberto Garza Sada, Escuela de Arte, Arquitectura y Diseño (Monterrey, México)
Galería Akka, Osaka, 1988
CASA AZUMA
La arquitecta salteña María del Rosario Sola, alias Charo, describe así esta pequeña casa.
Después del terremoto de Kobe de 1995 le pidieron a Tadao Andō que diseñara un prototipo en una zona de la ciudad arrasada, para que sirviera de modelo. Construyó uno frente al mar: una pequeña torre unifamiliar de 5 pisos.

Aunque se siguieron haciendo casas chatas y anchas que tapan la vista del mar a los que circulan por la ruta costera, la casa torre sigue siendo estudiada y admirada en todo el mundo.
El piso 1 no se ve, es el sótano, el cual tiene los usos clásicos de lavadero y guardado, además de la función estructural de defender a la torre de los terremotos como si fuera una raíz que ancla la casa. Al piso 1 se entra desde la playa. El piso 2 tiene vestuario y duchas. El 3 es dormitorio. El 4, cocina comedor. Y el 5, estudio y sala de estar. Rarísima.
El cubo desplazado es por la escalera que viene desde el sótano y que en el último piso llega con una sola rama; entonces amplía el espacio del gran cubo mirador que es el objetivo de la vivienda.
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