FUNDAMENTACIÓN
Nuestros próceres, en representación de las Provincias Unidas del Sur, decidieron declararse independientes de España y de toda dominación extranjera. Lo hicieron, como señala Esteban Echeverría, para obtener “la libertad que es el derecho que cada hombre tiene para emplear, sin traba alguna, sus facultades en el conseguimiento de su bienestar”, y al hacerlo iniciaron un proceso que nos interpela, porque la independencia y la libertad se conquistan día a día.
El jurista Linares Quintana enseña que el hombre “nacido para ser libre, combate sin tregua a través de los siglos para obtener la libertad primero, para conservarla luego; y, cuando la ha perdido, para recuperarla, iniciando así un nuevo ciclo, en una serie que se repite al infinito en el decurso de los siglos, sin que nunca la conquista sea definitiva, como si la Voluntad Divina fuera que, por ese medio, la llama de la libertad se mantenga perennemente encendida en el alma humana.”
MEMORIA DESCRIPTIVA
llevó a pensar este monumento como un signo de la bandera argentina, de pie, vertical, y a la vez como un camino que nos impulsa hacia arriba, a superarnos.
Se conforma de dos cintas que representan los dos centenarios a conmemorar.
En su basamento, al Este y al Oeste, sendos motivos escultóricos habrán representan el “Oíd el ruido de rotas cadenas” de nuestro Himno Nacional.
El monumento quiere honrar a quienes valerosamente decidieron iniciar ese camino y recordarle a los jóvenes que el proceso continúa y es la responsabilidad que los adultos dejamos en sus manos.
Los materiales propuestos son de noble esencia: hormigón armado para las cintas (25 metros de altura) que materializan el camino-bandera que se iluminan de noche habitualmente de celeste, pero que puede adoptar otros colores cambiando su sentido para referir a los ciudadanos otras fechas que se quieran señalar.
Acero inoxidable es el material empleado para el “sol” y para los “eslabones” de las cadenas rotas.
El agua representa la transparencia y el movimiento que debe regir el desarrollo de los más nobles principios de nuestra historia.
Los materiales elegidos requieren un bajo mantenimiento y la superación del vandalismo callejero.
El monumento tiene su lectura principal sobre la Av. Mate de Luna, y en ambas direcciones la imagen no varía.
Está proyectado para ser apreciado en horario diurno y nocturno, y propone un ícono único en el contexto de la ciudad, por ello se ubica en su centro, en la Av. Mate de Luna en intersección con calle Asunción, con los cerros de fondo y rodeado de la vegetación del Parque Nicolás Avellaneda.
Es de destacar que la elección está pensada como manera de vincular nuestro pasado, plasmado en la Plaza de la Fundación, con nuestro futuro cuyo límite es el infinito.