La iniciativa es del arquitecto Rafael Viñoly, quien anticipó que ya tiene el proyecto listo: un sable corvo como el que usaba San Martín, pero de dos cuadras y media de alto que puede llegar a brillar en medio del río Uruguay, como una contribución personal sin ninguna compensación profesional.
Viñoly es hijo de una profesora de Matemáticas (María Beceiro) y de un reconocido director teatral uruguayo (Román Viñoly Barreto). Nació en Montevideo, pero estudió Arquitectura en Argentina y formó parte de unos de los estudios más importantes del país.
Radicado en Estados Unidos a partir de 1978, durante su larga carrera, Viñoly ha diseñado edificios en los cinco continentes. Tiene oficinas en Londres, Los Ángeles, Abu Dhabi, Dubái y Bahrain.
Al dar a conocer su proyecto, dijo que “gracias a mi hijo Nicolás y al doctor Gerardo Rubinstein, mi cuñado y un estudioso exhaustivo de todo lo argentino, empecé a leer sobre la importancia de la vida y de la trayectoria de San Martín para la conflictiva historia de Latinoamérica y, sobre todo, para esta coyuntura en la que el futuro de la República y de la región están en juego”, publicó el diario El Libertador.
En poco tiempo, el uruguayo se convirtió en un experto e hizo el sorprendente proyecto que ahora ofrece como prenda de unidad argentina. “Es un buen ejemplo de lo que uno puede hacer, como cualquier interesado, para la evolución de la cultura en la que vivimos, desde la actividad a la que nos dedicamos”, señaló.
Detalles de la obra
La iniciativa del uruguayo consiste en construir una enorme réplica del memorable sable corvo de San Martín, de 260 metros de alto, que emerja del río Uruguay, cerca de la casa en la que nació el Libertador, en Yapeyú, Corrientes.
“Será una hoja de acero inoxidable. En cada fecha conmemorativa de la vida del General, cuando se congregan caravanas masivas de jinetes de toda la región, el filo de la espada emitirá una llama”, explicó con fervor.
No es casual que el arquitecto haya elegido esta alegoría sanmartiniana. El sable fue una elección personal de San Martín que, para los expertos, define su personalidad y carácter. Además lo convirtió en su homenaje a la defensa nacional cuando se lo ofreció a Juan Manuel de Rosas y fue dos veces robado en los años 60, como reprobación simbólica a las dictaduras militares.
“Este monumento tendría que servir para superar las grietas, locales y no locales, para celebrar a un argentino que nunca pidió nada, nunca obtuvo nada, renuncio a todo, y a la vez es el que hizo más por la construcción de una región viable en el sur del continente americano”, dijo
El sable monumental estaría en medio del río, en el eje de acceso a Yapeyú, donde están conservados los restos de la casa en la que nació el Libertador. Una línea de asfalto blanco vincularía la ruta con la costa en dirección al sable. “De ese ralo paisaje mesopotámico, con una densa vegetación horizontal, y al final de esa ruta de acceso, emergerá del río una réplica exacta del Sable Corvo, la única posesión práctica y simbólica que tuvo el General y que compró con su propio dinero”, detalló el arquitecto Viñoly.
Fuente: La Voz de Misiones
Miguel(el negro) says
Para salvar a la patria necesitamos pocos hombres como San Martín y se terminaría la piratería y desaparecerían los cipayos.
DANIEL says
Si seguimos esperando que lleguen hombres como San Martín para que nos salven de nuestras miserias seguiremos poniendo la esperanza en el otro hasta la eternidad. Tal vez sea hora de que cada uno de nosotros se haga cargo y empecemos a ser un pequeño e imperfecto pero perfectible San Martín en cada uno de nuestros actos diarios.